Esta mañana al llegar a clase, nos hemos encontrado a Papelote en la cama, pobrecito, no se había podido levantar porque le dolía mucho la garganta. Como ahora se lleva todo el día jugando con la nieve, se ha resfriado, porque no ha utilizado la ropa de abrigo necesaria.
Nos ha dado mucha pena verlo, por eso hemos llamado al médico para que lo cure, y............ nos os lo vais a creer, rápidamente ha llegado a la clase la doctora y lo ha curado.
Igual que Papelote, en la clase hay niños y niñas que está malitos, y por supuesto también han venidos médicos y médicas para curarlos. Nuestra clase se ha convertido en un Hospital.
La Doctora Lucía llega a la clase para curar a Papelote, trae un maletín con un montón de cosas, ahora veremos para que sirven.
El termómetro para saber si tiene fiebre
El fonendoscopio para escuchar el corazón
La lupa para ver la garganta
La doctora ha visto la garganta muy roja, ha sacado de su maletín una jeringa y le ha dado un jarabe.
Ahora; Papelote tiene que abrigarse y descansar para ponerse bueno pronto.
Adrián también se encontraba mal, llamó al médico y también vino a curarlo.
Uffffff , esta garganta está muy roja
Esta vez la jeringa no ha sido para dar jarabe.......
No penséis que han terminado las consultas, hemos tenido un día muy accidentado;
Jesús tenía una herida en la cara..... pero ya se ha curado.
No tiene fiebre ni ruido en el pecho, solo un rasguño en la cara.
Con un poco de betadine será suficiente.
Hace unos días, Pablo se dió un golpe en la cabeza y tiene un buen chichón, vamos a ver si el médico puede curarlo.
Vamos a mirar la frente...... esto no tiene buena pinta
Primero un poco de betadine y después.....
Un buen vendaje para la frente.
Aquí no termina el día de médicos, porque en el rincón de la casita también hemos recibido la visita de otros doctores y doctoras, ¡que mañanita¡
A partir de hoy, no tenemos miedo de ir al médico, porque conocemos todas las cosas que tiene en su maletín y para qué sirven cada una de ellas.
Pero..... no podemos olvidarnos de salir siempre bien abrigaditos, porque aunque seamos amigos de los médicos, no nos gusta estar malito/as.
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