jueves, 6 de febrero de 2014

La momificación

Quizás lo más llamativo del Antiguo Egipto, para las culturas posteriores, aparte de las pirámides y los misteriosos saberes, sea sus momias. 

Todo parece indicar un desmedido culto a la muerte, al más allá, a la oscuridad del templo y la tumba; sin embargo, tanto los escritos como el arte nos indican lo contrario.
Para la preparación de una momia era necesario un proceso que a continuación se describe:


Técnicas de la momificación

Lavado
Poco después de fallecida la persona y después de un corto período de luto, el cadáver era trasladado al lugar de purificación. En este lugar los sacerdotes lavaban y purificaban el cuerpo del difunto.

Extracción del cerebro
El cuerpo era colocado sobre la mesa de embalsamamiento y se iniciaba la extracción del cerebro mediante la utilización de unas varillas de bronce alargadas de 40 cm de longitud y con un extremo en forma de gancho, aguja o espiral. La varilla era introducida por la vía nasal por donde se extraía el cerebro. Una vez vaciado el cráneo, era relleno con serrín.


Extracción de las vísceras
El estómago y los intestinos se extraían a través de una incisión en el bajo abdomen del lado izquierdo, realizada con una piedra de sílex afilada. Perforando el diafragma, el embalsamador lograba la extracción de los pulmones y del hígado.


Deshidratación
La cavidad del cuerpo era lavada con agentes esterilizantes, vino de palma y especies, y luego, para facilitar el proceso de secado y evitar la desfiguración, era rellenada temporalmente con lino, serrín, arena, trapos, o con lo que se dispusiera a mano. Luego el cuerpo, ubicado sobre una tabla con una ligera pendiente para facilitar el drenaje de líquidos, era cubierto con una pila de natrón (sal sódica) durante 70 días hasta que quedaba seco. Al final de este período, el cuerpo tenía un aspecto horrible, la piel se había oscurecido.




Tratamiento cosmético
Después de la deshidratación, el embalsamador requería de todo su arte para restituirle al cadáver su apariencia en vida. Frecuentemente el cuerpo era teñido con color ocre, en el caso de momias masculinas y de color amarillo, en el caso de las femeninas. A algunas momias se las vestían con indumentaria de uso común y se les colocaban joyas.


Vendado
Para envolver el cuerpo momificado, los embalsamadores requerían gran cantidad de paños y vendas de lino. Se ha calculado que una momia podía requerir hasta 375 metros cuadrados de material. Se finalizaba el vendado colocando en el cuerpo, una malla finamente elaborada y una máscara pintada con el rostro idealizado del difunto sobre la cabeza

Entre los vendajes se introducían amuletos y tiras de lino que recogían textos del Libro de los Muertos. Sobre el pecho se colocaban un escarabeo alado y las imágenes de los cuatro hijos de Horus, los dioses protectores de los órganos internos.
La cabeza de la momia se cubría con una máscara pintada, y en el caso de momias reales, la máscara funeraria podía ser de oro, como la encontrada en la momia de Tutankhamon.
Finalmente, la momia se introducía en uno o varios sarcófagos de madera o de piedra que se encaban unos con otros y se entregaba a la familia para comenzar con los ritos funerarios.
 



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