Áneles Navarro López es una magnífica ceramista onubense de la que hemos podido aprender la magia de este arte.
Estudió en la Escuela de Arte León Ortega.
Trabaja como monitora de cerámica en distintos colectivos, escuelas taller y en el programa cultura de barrios del Ayuntamiento de Huelva.
¿Qué es la cerámica? Se llama cerámica a la arcilla modelada y cocida por el hombre. ¿Qué nos podría parecer más elemental que tomar un poco de arcilla de la orilla un río o de un lago y compactarla, dándole forma con los dedos? Eso fue lo que primeramente hicieron nuestros ancestros para plasmar con este material sus inquietudes y sentimientos.
El arte de la cerámica tiene la más larga y variada historia que cualquiera de las artes. Los grupos de cazadores-recolectores de los Neandertales vivieron en Euroasia hace por lo menos entre unos 70,000 y 35,000 años. Estos primeros pobladores conocían el fuego e hicieron objetos de barro cocido, cerámica. Es de suponerse que las piezas creadas estaban húmedas y para secarlas, las exponían al sol, pero duraban poco, pues se rompían facilmente. En algún momento, pensaron en secarlas al fuego y con esta técnica lograron hacerlas más fuertes y duraderas. La arcilla se convierte en cerámica, al calentamiento, tan uniforme como sea posible, a la temperatura del rojo o superior (alrededor de 600° C).(3).
La arcilla - también llamada barro - es encontrada en la naturaleza, es un material fácil de obtener; es un sólido seco, polvoriento, una masa pegajosa, plástica, o como fango líquido, constituida de finas partículas, planas, como plaquitas y cada una de ellas tiene una carga eléctrica en su superficie que hace que se enganchen y se sostengan juntas entre sí. Al agregarse agua se permite a las partículas deslizarse unas sobre otras, sin separarse. Para el artista son los materiales plásticos o los pigmentos que le permiten expresar, por medio de formas y composiciones de color, un estado de alma o de conciencia. En cuanto al aspecto utilitario, han sido los materiales preferidos por el hombre para la manufactura de utensilios que sirven en la cocción y el consumo de sus alimentos y de vasijas de barro para almacenamiento.
Con Ángeles nos adentramos en un mundo de sensaciones.
Estos son algunos de los utensilios que se utilizarán para trabajar el barro.
Para cortar se utiliza una tanza.
La barbotina es una mezcla de agua y barro seco, que se utilizará para unir piezas a modo de pegamento.
La técnica que vamos a practicar es la de Perforación: es unos de los procedimientos más sencillos, ideal para trabajar con l@s mas pequeñ@s. Se parte de una bola de arcilla del tamaño del puño del niñ@, introducimos el pulgar en el centro y se va adelgazando la pared aplastándola hacia arriba y afuera entre el pulgar por la parte de dentro y los otros dedos por fuera, mientras se hace girar la vasija con la mano. Mediante este método obtenemos cualquier tipo de cuenco, que es la forma más arcaica que se conoce en cerámica.
Aunque esta forma es sencilla, es importante porque contribuye al desarrollo de la sensibilidad hacia la arcilla y una habilidad para apreciar el espesor de la pared con los propios dedos.
La arcilla se reseca con el calor de nuestras manos por eso hay que ir humedeciendo poco a poco.
Estas han sido nuestras primeras obras en barro aplicando una de las técnicas que nos ha dado Ángeles. Seguiremos poniéndola en práctica hasta conseguir mejores resultados, aunque no ha estado mal para ser la primera vez. Nuestras próximas producciones serán horneadas para conseguir mayor dureza.
Una vez terminadas las piezas pueden enriquecerse con diferentes texturas. Para ello se puede emplear cualquier material, conchas, ruedas, pinzas, tapones....
Nos ha encantado esta experiencia de ser ceramistas como Ángeles, le damos las gracias por su maravillosa clase y por regar nuestra semilla del arte con su sensibilidad.
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