Éste es el rinconcito de los niños y niñas de Infantil de 3 años B del CEIP Profesora Pilar Martínez Cruz de Huelva.
Abre la puerta, asómate a nuestra clase y conócenos. Os invitamos a compartir con nosotros nuestras experiencias, nuestras ilusiones y nuestros sueños. Gracias por acompañarnos en esta aventura y disfrutad de ella.
¡ Muchas gracias por visitarnos !
La letra s nos encanta, porque nos ayuda a mantener el silencio sssssssssssss y a imitar a una serpiente sssssss.
Hoy, hemos descubierto otra cosa con la ayuda de la s.
Hace unos días trabajábamos el genero masculino y femenino de los sustantivos. Haciendo un juego en clase, descubrimos que en algunas fotos no podíamos poner ni el ni la porque había más de una cosa, entonces nos hacía falta la s, y aquí está.
Cunado veíamos un montón de castañas, no podíamos decir la castañas sino las castañas, pudimos comprobar que no se nombraba igual a una cosa sola que a un grupo de ellas. Esto nos ha llevado a trabajar el singular y el plural.
En estos juegos podemos trabajar el número singular y plural
El miércoles tuvimos la oportunidad de disfrutar de esta magnífica obra de teatro.
Nunca podíamos sospechar que los bolsillos de un traje pudieran encerrar tantas cosas, aunque bueno, ya sabemos que en los bolsillos del babi de la seño hay miles de cosas, así es que un traje con cuarenta bolsillos..... (jejeje a la seño le encantaría un traje así)
Nada mas llegar al cole nos preparamos para salir hacia Trigueros, ya que la obra se representaba en el teatro municipal de este pueblo.
En esta ocasión nos han acompañado la Celes y Leyre.
El viaje en autobús se nos hizo muy corto, eso sería porque estábamos deseando llegar.
Estamos a punto de entrar
Cuando se abrió el telón, el gran traje nos dejó con la boca abierta
Os dejamos un fragmento de la obra para que os hagáis una idea
Al terminar la obra, pudimos visitar la biblioteca donde disfrutamos de algunos cuentos.
Ahora que estamos hablando de caballeros y escuderos, no podemos pasar por alto la lectura de algunos capítulos de la maravillosa obra de Miguel de Cervantes.
Como bien nos ha explicado la seño, no se trata de un caballero de verdad como El Cid, Don quijote es un personaje de la novela , también llamado el Caballero de la triste figura. Era un viejo que se llamaba Alonso Quijano de 50 años que vivía en la Mancha y que era un gran apasionado de los libros de caballeros.
Un día por culpa de tan poco comer, tan poco dormir y tanto leer, se le secó el cerebro y decidió que iba a ser caballero andante con el propósito de darle su merecido a los que se lo merecen, se cambió el nombre a Don Quijote.
Don quijote se enfundó unas armaduras de su bisabuelo y fue a buscar su caballo, tenía uno que era medio huesudo, se paso 3 días poniéndole y quitándole nombres hasta que un día decidió llamarlo Rocinante.
No solo le bastaban un caballo y armadura, también necesitaba una princesa a la que amar con locura, pero en La Mancha no había princesas. Recordó que cuando era joven se había enamorado de una chica llamada Aldonza Lorenzo. Aldonza Lorenzo no era una gran chica, era una campesina que venia desde el Toboso,tenia un bigotillo por encima del labio, unos brazos gruesos de marinero, un pelo recio como pajas de escoba y unas manos grandes como rastrillos.
Como Don Quijote estaba loco se la imaginó como una princesa hermosa y le puso de nombre Dulcinea del Toboso. Se la imagino con una piel blanca como la nieve, unas mejillas rosadas como claveles, unos cabellos dorados como el sol y unas manos delicadas, y en vez de sembrar trigo y recoger patatas , cosía con hilo de oro y cantaba canciones al son de un arpa.
También decidió que necesitaba un escudero, como todos los caballeros, así que fue en busca de uno. Encontró a un vecino llamado Sancho Panza que era un hombre menudo,barrigón y bajito. Sancho no había ido a la escuela ni sabía leer ni escribir pero le gustaba recitar refranes. Don Quijote le convenció diciéndole que si lo ayudaba y conquistaban un reino, iban a ser tan ricos que iba a poder vestir a sus hijos como príncipes, y Sancho sin pensarlo dos veces le dijo que si.
Aquí comenzaron las aventuras y desventuras del Caballero de la triste figura, Don Quijote de la Mancha y su fiel escudero.
Aquí podemos ver algunos cortos de la serie de dibujos animados.
Y en el siguiente enlace podemos disfrutar de algunos poemas sobre los personajes de la novela.
La época medieval fue dominada por el sistema feudal y el papel de los caballeros medievales fue muy destacado, tanto que cuando pensamos en la época medieval el primer pensamiento a menudo que nos llega es el de los caballeros medievales y sus damas. El deber de un caballero medieval era aprender a luchar , a manejar las armas, para poder así servir a su señor feudal de acuerdo con el Código de la Caballería. La edad media fue una época muy violenta en la historia europea.
Convertirse en un caballero
La mayoría de los padres de los caballeros también eran caballeros, sin embargo, algunos caballeros ganaron el título al hacer obras honorables. Aquellos que fueron afortunados de entrenar comenzaron por aprender a montar cerdos con el fin de ganar equilibrio y control. A la edad de 13 años se convertirían en escuderos y se enfocaban en aprender combate. Con el fin de convertirse en caballeros, tenían que probarse a si mismos en batalla o ganando una serie de justas.
Armas y armadura
Los caballeros vestían ropa de lana pesada bajo trajes de cota de malla. La cota de malla podía tener más de 200.000 anillos. Sus cascos tenían diseños variados; algunos cubrían toda la cabeza con solo pequeños orificios para ver a través de ellos, mientras que otros tenían viseras articuladas como un moderno casco de fútbol americano. Los caballeros usaron una variedad de armas, incluyendo mazas, manguales, espadas largas, espadas y armas de asta. Algunos caballeros llevaban escudos, mientras que otros llevaban ballestas. Un juego de armadura era muy pesado y la mayoría de las espadas pesaban más de 30 libras (13,61 kg).
Justas
Las justas fueron torneos que ponían a prueba la fuerza y la habilidad de escuderos y caballeros colocando dos hombres uno contra el otro sobre un destrier, que era un caballo de guerra medieval. Los hombres sostenían largos postes de justas y cabalgaban uno hacia el otro a más de 60 millas por hora con el objetivo de golpear y tirar al otro hombre de su caballo. Los escuderos con los puntajes más altos se encontraban en una mejor posición para convertirse en caballeros. A menudo utilizaban "favores" de las damas, un mechón de pelo o un pedazo de tela, para la buena suerte.
Uno de los caballeros más reconocidos por sus obras honorables fue Rodrigo Diaz de Vivar " El cid Campeador" Aquí podemos conocer algunas cosas sobre él.
Un castillo era un pueblo. Además del señor y su familia, los criados y los soldados, había un grupo de artesanos que se ocupaba del mantenimiento de las murallas y las armas. La comida se obtenía en las aldeas de los alrededores o en los huertos y corrales del castillo.
La vida era monótona y con pocas comodidades: la comida era muy precaria, especialmente cuando el castillo estaba siendo asediado. Las camas que eran de la nobleza eran un simple armazón de madera con paja. En tiempos de paz, los caballeros se entrenaban combatiendo en torneos y se entretenían cazando, criando halcones y celebrando banquetes.
Lacocinasolía estar en un edificio aislado (en los patios del castillo) para no provocar incendios.
Los nobles pudientes y los mercaderes acaudalados podían permitirse una gran variedad de comida, incluyendo los frutos secos, las almendras y las especias asiáticas, productos muy caros
Las ventanas eran pequeñas y sin vidrios, las que se tapaban con cortinas.
En la torre del homenaje, donde están los aposentos, no había dormitorios individuales, por ende, el señor feudal compartía su dormitorio con sus siervos y perros.
Las mujeres normalmente permanecían en el castillo organizando tareas domésticas, cuidando de los hijos o cosiendo y bordando. Algunas, más refinadas, se entretenían con la lectura o con la música.
En el Monasterio
Los monjes se levantaban muy temprano, antes de amanecer y, se preparaban para la primera oración del día, las Vigilias. Se leían y cantaban ciertas partes de la Biblia y otros cantos, escritos en latín, la lengua oficial de la Iglesia. Estos son los famosos cantos gregorianos que aún se siguen realizando en algunos monasterios, como el de Silos, en Burgos.
Tras ello los monjes se aseaban en las letrinas que tenían muchos monasterios (con agua del río cercano) y se volvía a la iglesia, pues apenas una hora después de Vígilias, empezaban los Laudes (una nueva oración).
Comenzaba entonces realmente el día, con una hora y media para el trabajo, volviéndose a rezar hora y media después.
Hasta la una de la tarde, los monjes se ocupaban entonces del propio huerto (que servía para su autoconsumo) o se encerraban en el scriptorium o biblioteca, lleno de atriles.
En esta habitación se copiaban libros prestados por otros monasterios. Se hacía sobre pergamino (piel de cordero), utilizando distintos colores de tinta en las que se mojaban plumas de ave. El trabajo era minucioso y lento, pues no debían equivocarse y se copiaban también (o se creaban otros nuevos) los dibujos oiluminaciones que correspondían al texto. Todavía conservamos muchos de estos libros, aunque su exposición es complicada, pues deben ser iluminados con luz tenue para que no se vayan estropeando los colores. Los monjes volvían a reunirse para rezar junto en la hora Sexta (en torno a la 13.20), tras la cual iban a comer. La comida también era común, en una habitación llamadarefectorio. En ella se colocaban largas mesas en donde los monjes lo hacían en completo silencio, pues uno de ellos (por turno) leía desde el púlpito la Regla o la Biblia.
El menú era bastante monótono, aunque sano. Normalmente se comían verduras y hortalizas cocidas en una gran olla y aderezadas con un trozo de tocino o manteca. Se les daba también a los monjes un trozo de pan y un cuartillo de vino. La carne se reservaba para los domingos y celebraciones especiales, al igual que el pescado (algunos monasterios llegaron a tener sus propias albercas en donde se criaban peces).
Evidentemente los monjes no se echaban la siesta, sino que volvían de nuevo a rezar conjuntamente en la hora Nona (sobre las tres), para después seguir con su trabajo encomendado.
Antes de la nueva oración se reunía toda la comunidad en la llamada Sala Capitular, leyéndose en ella un capítulo de la Regla de San Benito. En esta reunión el abad (aquel que gobernaba el monasterio) informaba sobre cuestiones cotidianas, se hacían confesiones públicas de los pecados y se castigaba a los monjes que hubieses cometido alguna falta (faltar a algún rezo, hablar durante la comida, discutir con un hermano…)
Tras un rato de tiempo libre en el que los monjes podían charlar, pasear por el claustro, rezar particularmente…, de nuevo a la iglesia para oficiar las Vísperas (19 h), cenar (20 h) y, antes de dormir, volver al rezo en la ceremonia llamada Completas, en la que se pedía protección a Dios ante los peligros de la noche.
Los monjes se retiraban entonces al dormitorio, que tanto en Cluny como Císter era común (sólo el abad tenía su dormitorio y despacho propio) en donde las camas estaban colocadas en largas filas. Si existían dos pisos, este dormitorio se colocaba sobre la cocina (y en el lado sur del claustro) para combatir el frío.
En una casa campesina
Con arreglo a las leyes medievales, un campesino no era dueño de sí mismo. Todo, incluida la tierra que trabajaba, sus animales, su casa, y hasta su comida, pertenecía al señor del feudo.
Conocidos como siervos de la gleba, los campesinos estaban obligados a trabajar para su señor, que les concedía a cambio una parcela de tierra para cultivo propio.
Su vida estaba llena de penalidades. Muchos se afanaban para producir alimentos suficientes para sus familias y para cumplir con su señor. Les estaba prohibido marcharse del feudo sin permiso, y para un campesino, la única manera de obtener la libertad era ahorrar el dinero necesario para comprar un lote de tierras, o casándose con una persona libre.Así pues estaban ligados a la tierra.
En la Europa medieval, más del 90% de la población vivía del campo y trabajaba la tierra. La labranza y cría del ganado era un trabajo que absorbía toda la jornada, porque los métodos eran anticuados y no muy eficaces.
Cavaban y cosechaban sus parcelas propias, pero también ayudaban en los grandes cultivos: para arar campos y segar y recoger el heno. Una cosecha mala era una amenaza de hambre para toda la aldea.
El hogar medieval.
Las casas medievales eran muy diferentes de las actuales. Los campesinos pasaban la mayor parte del día fuera, por lo que las corrientes de aire y la escasa luz de las ventanas sin cristales no les molestaban. Para alumbrarse, pelaban un junco y lo mojaban en manteca, y eso ardía como una vela. Todo se mantenía lo más limpio posible: los suelos de tierra se solían desgastar a fuerza de barrerlos.
La vida doméstica era mucho más en común que la actual, ya que las familias enteras comían, dormían y pasaban su tiempo libre juntas en su hogar de uno o dos cuartos.
La época medieval fue un período de grandes desigualdades sociales alcanzando a todos los órdenes de la vida. En las sociedades del medievo todo se encontraba estratificado, y la vestimenta no era la excepción sino mas bien, un factor determinante para etiquetar a los individuos. Según al estrato social al que pertenecía cada individuo así eran sus ropajes y manera de vestir.
La mayoría de la ropa era hilada, cortada y cosida por las mujeres de la familia.
Vestido de dama
La dama medieval disfruta de gran fantasía en el vestuario, y dependerá siempre de su patrimonio. La ropa interior consiste en una camisa o kamese desde los hombros al suelo, de tejido fino, lino o seda para el verano y lana para el invierno; sobre ésta lleva una túnica o almexia que cierra con botones. En tiempo de frío puede llevar una especie de traje sin mangas con grandes sisas que permite ver las mangas adornadas de la almexia o túnica. Sobre ella va el cinturón.
Si la dama sale de casa llevará encima un sayal o manto que le cubra la cabeza en señal de modestia. Si la dama está en casa usa el alfaime o toca. Estas prendas son obligatorias en la mujer casada que llevará siempre la cabeza cubierta: el pelo recogido con red, en moños o trenzas. No así la soltera. Que lo llevará suelto, de ahí la expresión "peinado de doncella".
Se usan gorros como cofias en la España hispano-romana. El manto pesado es prenda para salir de casa y el manto ligero para estar en ella. También se lleva capa o zorama.
Las damas cristianas adoptaron con cierto gusto y coquetería el velo de sus congéneres islámicas que se tapaban la cara. No así las cristianas, que adoptaron el velo para colgárselo de una parte a otra de la cara, utilizando transparencias y vivos colores, que más revelaban que cubrían. Copiaron a su vez las islámicas de las cristianas, provocando la ira de los ulemas ( doctores de la ley mahometana ), que veían en ello la disolución de las costumbres y la contaminación del diablo.
Tanto el caballero como la dama usan trajes especiales para dormir llamados kamese o lecto. La dama usa la estola que más tarde se transformará en prenda litúrgica. La ropa interior masculina se componía de camisa y calzones cortos, parecidos a los pantalones de los bárbaros, pero mucho más cortos y tapados con la túnica. También usaban calzas, una especie de medias de tela.
La ropa interior de la mujer consistía en un simple camisón, sin nada debajo.
Traje del hidalgo.
Cuando estaba en casa, el hidalgo vestía una túnica larga, amplia y cómoda y con cordón en la cintura. Era un traje de usanza mora.
El hidalgo joven cuando sale a la calle a dar un paseo usa calzas (pantalones ajustados que podía ser una pierna de cada color), camisa de lino y jubón corto; atuendo que le sirve para ir a caballo. Las calzas las lleva más ceñidas que el villano. El jubón entallado se utiliza con cinturón o beltium.
Para protegerse del frío invernal, además de la ropa de lana usaban capa o manto de paño, pieles, la denominada capa aguadera, aunque éstas no se sabe de qué material aetaban hechas, así como el manto que resguardaba de la lluvia y servía también para viajar y dormir al raso.
Vestido del hombre llano o pechero.
El hombre llano o pechero, también llamado "caballero pardo", adquiere el nombre debido a su vestido. Para su confección se usan hilos y lanas sin teñir, colores naturales que generalmente son pardos.
El pechero, campesino, viste por lo general túnica corta o camisa larga hasta la rodilla que cae encima de las calzas, que pueden ser anchas o ajustadas, y se sujetan con un cordón a la cintura igual que la túnica, que lleva abertura para introducir la cabeza. Si hace frío se acompaña de chaleco, ya que las mangas no facilitan el trabajo del campo, que puede ser de piel, dependerá de la época del año.
En cuanto al calzado, en verano se usaban las albarcas, y en los sitios fríos se acompañaban de una especie de calcetines de piel con el cuero por fuera y la piel por dentro. Usaban sombrero de ala ancha para cubrir la cabeza.
La ropa interior masculina se compone de camisa y calzones cortos tapados por la túnica.También se servían de calzas, una especie de medias de tela.
La esposa del hombre llano viste camisa o kamese, y sobre ésta la túnica o almexia recogida en la cintura para facilitar el trabajo. La cabeza se cubría y usaban sombrero de ala ancha.
Traje del clérigo.
Los clérigos no visten de ningún modo especial. Su traje es el que corresponde según su estatus social. El clérigo rústico en nada se diferencia del aldeano, ni el clérigo hidalgo del hidalgo laico. No hay límites para el diseño del vestido, color o hechura del traje clerical. Clérigos y laicos son iguales a la hora de vestir.
Los clérigos se distinguen del hombre llano en que van tonsurados, es decir, llevan "abierta la corona", han recibido órdenes. Se trata de unificar en cierto modo el vestido de éstos, invitándoles a prescindir en sus vestiduras de colores desaforados como el rojo, verde, añil...
Traje del caballero o guerrero.
El rey necesita guerreros, hombres a caballo capaces de llegar a la frontera cuanto antes y cuando está amenazada por el enemigo.
Si el hombre llano mantiene todo el año armas y caballo, cada vez que sea llamado para ir a luchar estará inscrito en el Fuero de León, y a cambio le darán honras de hidalgo.
Las honras de hidalgo equivalen a nobleza personal no transmisible. Si a un caballero le han dado honras de hidalgo, sigue por generación su hijo y su nieto manteniendo armas y caballo y perteneciendo al Fuero de León. Después de tres generaciones se torna esa nobleza personal en nobleza de sangre, lo que conlleva ser de familia noble y de apellido noble. Con este aliciente, más y más rústicos quieren mantener el caballo.
El caballo es caro. Un caballo equivale a cien sueldos, y un sueldo equivale a una oveja, cantidad imposible para un rústico.
Los caballeros, según van consiguiendo su nobleza, se forjan un escudo de apellido noble para ir a la guerra. Si va a la milicia usa casco o protección alguna para la cabeza. Los objetos metálicos son muy caros.
Se usa la cota de malla inventada por los celtas, quienes herraran por primera vez sus caballos. También inventaron el jabón.
El caballero viste kamese o camisa, y sobre ésta la prenda que lo revista de dignidad sin obstaculizar su comodidad y soltura de movimientos: el mofarrex o túnica hendida con abertura delante y detrás para facilitar la subida al caballo. Suelen preferir la túnica corta para la batalla.
El escudo metálico fue inventado en el siglo XII, hasta entonces era redondo y de madera, con radios cruzados que lo refuerzan.
El caballero todavía no viste armadura, se generalizará más tarde. Sí usa un peto o brunia, que es de cuero muy fuerte y llega hasta la cintura. Los caballeros, como el rey o el conde, también usa loriga, que a diferencia de la brunia es más larga y protege las piernas a modo de faldones.
La cabeza del caballero se protege con el yelmo, especie de gorro metálico que sólo cubre la mitad superior de la cabeza; debajo de éste se usa un gorro o capucho conocido como capiello. Si un guerrero deseaba pasar desapercibido, cubría su equipo guerrero con el kabsan o capa mora con capucha, de esa manera disimulaba el aspecto de la mesnada.
Los saldados del siglo XI llevaban una cota de malla larga que se llamaba camisote y cubría cabeza y antebrazos. Más adelante se añadieron nuevas protecciones, una prenda acolchada bajo el camisote, placas para antebrazos y una túnica reforzada encima.
Hasta el siglo XIV no se usan ni petos ni espalderas, y a partir de ellos evolucionó la armadura completa y se llamó " de punta en blanco".
Probablemente, la cota de malla sea de origen oriental, pero en Europa se utilizaba en el siglo II.
El caballero usaba debajo del camisote la camisa y las calzas, anudadas a la camisa con cintas. En las calzas quedaba una abertura arriba que siglos más tarde se cubrió con una pieza de tela que se llamó la bragueta de las calzas.