sábado, 1 de febrero de 2014

Abu Simbel

¡¡¡¡Vaya sorpresa nos hemos llevado al entrar en clase.¡¡¡¡
Nuestra casa de adobe en la que hemos vivido durante algunos días haciendo las labores de los campesinos, comerciantes y artesanos egipcios, ha desaparecido.
 En su lugar se levanta un gran templo con una gran fachada con dos estatuas de faraones.


Nos hemos quedado impresionados al ver tan grandiosa construcción.
Como estamos muy bien documentados, rápidamente nos hemos dado cuenta de que se trata del Templo de Abu Simbel, hemos podido reconocer las estatuas de Ranses II y Akenatón.
Lógicamente, han surgido algunas dudas.
¿Cómo vamos a entrar en el templo si sólo pueden entrar la realeza, los sacerdotes y escribas?
Hasta ahora hemos vivido como la clase social no privilegiada y sólo contamos con sus ropas.
Como tenemos la ropa del faraón, decidimos nombrar al encargado del día, para que sea él quien pueda entrar en el Templo y buscar algún que otro tesoro.
No puede faltar ni un detalle, la túnica, el collar, la barba postiza, el nemes, el cetro y el látigo.
Una vez nombrado faraón, Manuel se dispone a entrar en el Templo, ya que a través de la pequeña entrada podemos ver que hay una piel de leopardo.
El Faraón Amanuelofis I nos confirma que ha encontrado la piel de leopardo que envuelve un montón de cosas más.
Poco a poco va sacando todo lo que hay en el interior del templo ante la expectación de tod@s l@s demás.
Estas son algunas de las cosas que había en el templo, justo lo necesario para podernos transformar en sacerdotes y sacerdotisas, reinas, incluso un Dios.
Como el Faraón es el que tiene el poder, es él quien va nombrando a cada uno de sus acompañantes.
Como sacerdote nombra a Óscar y a Natalia la convierte en Cleopatra.
Lucía es nuestra Nefertiti y Érika la sacerdotisa.
Adrián representa al Dios Anubis
Ahora si estamos preparados para vivir en el templo.

Durante el día son nombrados varios faraones que a su vez son los encargados de nombrar a sus acompañantes para entrar en el templo y hacer los rituales.
























1 comentario:

  1. Como siempre Raquel, un trabajo fantástico. No sabía que Egipto podía dar tanto de sí. Enhorabuena.

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